Bienvenidos #Planeadores a nuestro relato del gran viaje 2018.
Este año se nos adelantaron las vacaciones y fue en Marzo cuando emprendimos rumbo a un país en el que teníamos muchas expectativas puestas y la verdad que no nos defraudó, es más hay recuerdos y vivencias que tuvimos allí que jamás olvidaremos.
En primer lugar, nos gustaría mencionar a nuestros amig@s Instagramers de #maletaslejanas porque tanto su blog como sus consejos nos sirvieron de gran ayuda y esperamos que este cuaderno de bitácora haga lo mismo, por tanto sin más preámbulos empecemos.
Para llegar a Islandia cogimos un vuelo directo desde Alicante, con la compañía WOW Airlines, el nombre nos generó algunas dudas porque nunca habíamos oído hablar de ella.
A pesar de ser low cost y tener que pagar por todo funcionó genial y llegamos sin problemas con un vuelo directo de 4 horas a Keflavik.
Actualizado a 2020. WOW airlines cerró por ir a la quiebra
Como la hora de llegada prevista eran las 19:30 decidimos tener los billetes del shuttle bus sacados de antemano, para conectar el aeropuerto con nuestro alojamiento.
Seleccionamos el trayecto Keflavik – BSI Station ya que nuestra Guesthouse estaba a apenas 10 minutos caminando.
El trayecto es de aproximadamente 45 min, por 2.950 ISK (23€) el trayecto o 5.500 ISK(44€) si cogemos ida y vuelta por persona, casi nos cuesta más el autobús que el billete de avión.
Sobre las 21.00 hicimos nuestro Check-in en Guesthouse Aurora donde todo estuvo genial y decidimos salir a cenar algo rápido, justo al girar la esquina tomamos una pizza para los dos y empezamos a sentir en nuestras carnes los precios islandeses.
Sin poder saborearla mucho salimos corriendo porque habíamos quedado con nuestros amigos de Tripcampers a las 22.00 h.
Realmente la camper la cogíamos al día siguiente muy pronto por la mañana, pero nos dijeron que para evitar el trafico y poder salir cuando quisiéramos nos la daban la noche anterior sin coste!

Por tanto, después de la paliza de viaje, nos recogieron en el hotel y marchamos a hacer todos los trámites para echar a rodar nuestra aventura con una maravillosa Nissan NV200 perfectamente equipada con sofá-cama, nevera, calefacción independiente, sacos de dormir y todo lo necesario para cocinas y fregar cacharros. Por tanto listos y preparados.
Una vez en el hotel, chequeamos por última vez el estado de las carreteras en su web oficial y vimos que podíamos seguir la ruta trazada(En nuestro caso sentido anti-horario) a expensas de lo que pasara en el norte.
Si vais en invierno es muy importante que miréis todos los días la previsión de las carreteras y por supuesto, si el tiempo es malo mirarlo varias veces al día la web por si hay que re-planificar la ruta.
Índice
Región de Suðurnes
Primer día – 288 km (Reikjavik-Hveragerdi)

Bien pronto por la mañana empezamos la ruta, no sin antes haber disfrutado de un buen desayuno en el hostel y sin haber visto nada en Reykjavik a excepción de la majestuosa Hallgrímskirkja pusimos rumbo por la carretera 41 a la península de Reykjanes (Que es donde se ubica el aeropuerto), allí pensamos cargar suministros en el primer BONUS pero no abren hasta las 11.00 a.m por lo que continuamos para llegar a nuestro primer destino, el faro de Gardur.

Al bajar del coche y con un aire polar descubrimos lo que es realmente el frío, aprovechamos para hacer alguna foto e ir aclimatandonos poco a poco.
Continuamos para ver Midlina o el punto donde se separan las placas tectonicas Euroasiática y Norteamericana, de allí rumbo a las fantásticas fumarolas de Gunnhuver, donde no vimos a casi ningún turista y pudimos disfrutar del espectáculo de humo y olor a huevo podrido, si, ese es el olor que tiene el azufre que emana de la tierra.
Como aún era pronto decidimos poner rumbo hacia la zona de Krisuvik, de camino hicimos un par de paradas para ver Brimketill con su leyenda de la piscina Troll, disfrutamos del campo de lava de Selantangar y lo primero que nos encontramos por sorpresa fue un gran lago totalmente helado y con un color azul espectacular, su nombre es Gígvatnsvatn y siempre lo recordaremos por ser nuestra primera experiencia en un lago helado.

En la zona geotérmica de Krisuvik, se pueden admirar las fumarolas de Seltún, al venir de Gunnhuver son menos espectaculares y el lago Kleifarvatn, ver un lago tan grande helado es increíble. lástima no haber podido acercarnos a los acantilados «Krisuvik cliff» por la cantidad de nieve.
Gracias a las barritas energéticas que nos ayudaron mucho durante el viaje decidimos ir hacia la Blue Lagoon y como por allí cerca, ya que teníamos entrada a las 18:00 pero hay que estar un poco antes por la cola y los preparativos.
Con lo que como buenos españoles allí estábamos comiendo a las cuatro de la tarde mientras descansábamos después de un largo día, pero el relax aún estaba por llegar.
La archiconocida Blue Lagoon, es sin duda la laguna termal más conocida de Islandia, el precio de la entrada es bastante caro, su precio oscila según la hora del día que elijas pero entre 78-62€/pax.
Sería absurdo decir que no es un sitio especial, sin embargo creemos que está demasiado orientado al turista, cuando hablemos de la zona norte del Ring Road os contaremos más sobre otra laguna termal que nos gustó mucho más y a mitad de precio, dicho esto, si solo vais a hacer el circulo de oro, no os la perdáis porque son cosas que merecen la pena una vez en la vida.
Pues en esta preciosa laguna decidimos pasar todo el tiempo del mundo y sobre las 21 -21:30 decidimos que ya habíamos tenido suficiente.
Como por la zona no había muchos campings decidimos adelantar unos km para comenzar el día siguiente más descansados, así que decidimos ir a dormir al camping de Hveragerdi.
Si os ha gustado esta entrada y queréis saber como continua, no dejéis de ver los siguientes post!
Un saludo
Miguel