Bienvenidos #Planeadores a la segunda parte de este road trip.
Nos alegra que sigáis leyendo esta serie de posts, eso quiere decir que el anterior os a dejado con ganas de más y vamos a tratar de seguir ayudando con más consejos sobre la ruta.
Esta entrada del blog, va a agrupar la región de Sudurland, más conocida como el «circulo de oro» debido a la gran cantidad de lugares espectaculares que hay por ver así como la región del Este, hasta la llegada al parque nacional de Skaftafell.
Índice
Región de Suðurland (Circulo de oro)
Segundo día – 261 km

Al despertar, nos sorprendió que había caído una nevada importante y empezamos a pensar que tendríamos problemas en las carreteras, pero no fue así, recordar aunque seamos muy pesados, que consultéis todos los días y a diferentes horas el estado de las carreteras.
Como todo estaba en orden, después de un buen desayuno, emprendemos el rumbo hacia el parque nacional de Þingvellir, allí encontraremos multitud de cosas que ver.
Históricamente fue un sitio muy importante, lugar del primer parlamento del país. Contad con un rato para caminar por la zona, desde donde se deja el coche, hay varios parkings.
Nosotros aparcamos cerca de la cascada Oxararfoss (-Foss significa cascada, así que os vais a hartar de leerlo) y de ahí caminamos visitando toda la zona, caminando por las placas tectónicas de Almannajá y la piedra de las leyes Löberg.
Terminado el paseo ponemos rumbo a los imponentes géisers del valle Haukadalur por el camino hay dos paradas obligatorias, teniendo en cuenta que todo en Islandia es parada obligatoria.
La primera es la cascada de Bruarfoss (OJO! Ponerlo en Google Maps, porque no viene indicado el cartel en la carretera!), os sorprenderá el color azulado de sus aguas.
Luego encontrareis el gran lago, Laugarvatn. Tras esto, llegamos a Geysir donde poder admirar los cañones de agua que salen disparados del suelo, donde destaca Strokkur, un géiser que erupciona cada 5-10 minutos alcanzando hasta 40 metros de altura.
Acto seguido, llegamos a Gullfoss, aquí fue la primera vez en el viaje donde nos quedamos sin palabras, es una cascada a dos alturas simplemente brutal, podéis aparcar arriba en la tienda de regalos y pasear por los miradores, merece la pena perder el tiempo. (W.C gratuito)
En la búsqueda para coger de nuevo la Ring Road ( N1) y siendo la hora de comer, planeamos la parada en Kerid, un cráter increíble, bastante profundo, totalmente helado y multitud de colores en las laderas.
Caminar por él, escucharlo crujir fue impresionante. En nuestra opinión, un sitio mágico que recordamos muy a menudo.

Después de todo el día sin parar decidimos ir al Bonus para hacer la compra y de ahí a Selfoss para dormir, pero antes nos topamos con Urridafoss, aunque veáis que es un camino de tierra, es muy bueno y no hay problemas para acceder.

Totalmente cansado, llegamos al camping de Selfoss donde nos atendió un chico gallego majísimo y nos dijo que no estaban abierto del baño del camping, pero con todo el bajón por la noticia, nos recomendó conducir hasta Hellisholar (4000 ISK).
Este sitio no nos aparecía en la guía de campings que sacamos de la web y es debido a que es un alojamiento con bungalows, pero tienen un área de camping muy amplia y para nuestra sorpresa, dos hot-tubes al aire libre, por lo que corriendo para vencer al frío nos metimos allí a recuperar fuerzas.
Región de Austurland
Tercer día – 192 km
Después del segundo día donde pusimos velocidad de crucero, esto ya empezaba a prometer ser una experiencia para toda la vida, un verdadero viajazo, pero el tercer día de road trip iba a ser aún mejor.

Empezamos hoy si con un desayuno de campeones, los famosos cereales Weetos!, los que nos daban energía cada mañana.
Conduciendo por la 261, nos encontramos nada más salir con una cascada que en un principio no estaba en nuestra listo y que nos sorprendió sobremanera, Glugafoss ese es su nombre y la pudimos disfrutar sola para nosotros.
Después, tenemos que continuar y coger la carretera 250 y al ser una pista forestal de gravilla se hace algo pesada, pero visto lo visto merece la pena.
Poco después de enlazar con la N-1 llegamos a la famosa y majestuosa Seljalandsfoss, una preciosa caída de agua que en época no invernal es visitable por detrás, para nosotros fue imposible debido a la acumulación de hielo.
Si continuas el camino hacia su izquierda, a unos 5 minutos, llegareis a un tesoro oculto en Islandia, aunque cada vez menos.
A través de una pequeña grieta en la montaña accederéis al interior de Gljufrabui, sin duda toda una experiencia a pesar de que a María se le congeló el pelo.
Corriendo nos tocó volver casi a la carrera a la camper a equiparnos con calcetines secos y entrar en calor, pero mereció la pena.
Dejando a un lado el famoso Eyjafjallajökull, ese volcán que paralizó media Europa, llegamos a la majestuosa Skogafoss, una lástima que no pararan de llegar autobuses para disfrutarla con algo más de tranquilidad.
No seáis perezosos y subid los 400 escalones que hay hasta la cumbre y disfrutad de unas maravillosas vistas.
De ahí emprendimos el camino hacia la posiblemente más decepcionante experiencia del viaje, no es otra que la visita al avión estrellado Solheimasandur.
Por si no lo sabéis ya os avisamos nosotros, son 45 minutos ida y otros tantos de vuelta, para nosotros no merece la pena a pesar de estar un campo de lava espectacular.

Trás reponernos del enfado, aún nos quedaba mucho por disfrutar en el día y nuestro siguiente stop fue la zona de Vik y Myrdal.
Lo primero que encontramos el faro de Dyrholaey y sus hermosas vistas a las playas de Kirkjufjara y Reynisfjara, en esta ultima disfrutamos de una agradable paseo por su impresionante arena negra, leyendo acerca de los trolls que se quedaron petrificados en su orilla y admirando estupefactos las columnas de basalto que la rodean.
Fue el sitio ideal para parar a dar un bocado.

Como consejo, a pesar que Vik, no es un pueblo muy grande, es aconsejable perder un rato y subir a ver su iglesia y disfrutar de las vistas que ofrece, aun mejores si subís un poco más hasta su cementerio.
De ahí hasta nuestro camping objetivo aún quedaba un largo tramo donde destacaban el campo de lava de Laufskálavarda.
Este campo de lava es famoso, porque según cuenta la tradición, colocar una piedra en los pequeños montículos daba suerte a todas aquellas personas que lo atravesaban, no pudimos resistirnos y pusimos nuestra piedrecita y no nos fue nada mal el viaje, así que yo si fuera tu seguiría la tradición.

Apurados de tiempo, partimos hacia Kirkjubaer (2800 ISK) donde teníamos pensado dormir, encontramos rápido el camping, lo que nos permitió pasear un rato y ver Systrapirock, las cascadas gemelas de Systrafoss, el lago Systravatn y los restos de la calzada de Kirkjugolf.
Cuarto día – 134 km


El día empezó volviendo atrás, como llegamos tarde a Kirkjubaer, tuvimos que dejarnos el precioso cañón de Fjadrarglufur para el día siguiente, mucho cuidado al visitarlo porque las vistas son impresionantes y animan a acercarse al borde.
Nuestra idea era llegar lo antes posible a Skaftafell y aparte de disfrutar del paisaje como en todo el camino, en este tramo solo tenemos que un par de cosas.
Lo primero que nos encontramos es la cascada Foss a Sidu que vimos sin parar, más tarde las rocas de enanos de Dverghamrar, unas formaciones de basalto en mitad de la nada y los restos del puente arrasado por la riada Skeidararsandur.
Sin embargo donde si que hicimos una parada más larga, fue para adentrarnos en Nupsstadur una de las pocas iglesias que quedan con hierba en el techo y hechas con turba.
Para acceder a la propiedad privada (Abandonada) aparcamos en la carretera, y atravesando el campo pudimos disfrutar de sus graneros y entrar en la preciosa iglesia.
Poco después, llegamos al centro de visitantes de Skaftafell, uno de los puntos que teníamos bien remarcados en nuestra ruta ya que como buenos frikis que somos, no podíamos dejar de ver la famosa cascada de la serie Vikings, Svartifoss y ver de cerca nuestra primera lengua glaciar Skaftafelljökull.
Nada más llegar, hay que ir al centro de visitantes y registrar la matrícula del coche y pagar por estacionarlo, nosotros teníamos pensado dormir allí. nos avisa que el camping no tiene los servicios abiertos, pero que se puede dormir o bien alló o en el parking y utilizar los aseos del centro de visitantes. (3100 ISK /24 € el vehículo)
Realizado el trámite, decidimos hacer las dos rutas que os hemos comentado y empezamos por la más larga y es que para llegar a Svartifoss tendremos que hacer una ruta circular de 1’40». Sin dudarlo merece más que la pena.

Al volver, hicimos una breve pausa ya que no había tiempo que perder pero teníamos mucha hambre y sin descansar mucho emprender el camino hacia el glaciar.
Esta caminata es algo más suave, ya que es prácticamente llana, pero a nosotros nos azotaba bastante el viento, por lo que nos costó 1’20». Es llegar a las faldas de la majestuosa lengua glaciar y sentirse muy pequeño.
Una vez disfrutado, aprovechamos el resto de tarde, que no era mucho para ver algunos parajes que teníamos preparados para el día siguiente, pero que si los adelantábamos iríamos mucho más relajados.
Por tanto, cogimos la van y atravesando un camino muy malo de tierra y baches a menos de 10 minutos de Skaftafell, pudimos llegar a ver la preciosa lengua glaciar de Svinafelljökull que destaca por su precioso color azul.
De ahí, visita exprés a Hof, no confundir con Höfn y vuelta al parking de Skaftafell, a preparar la cena y descansar, porque había que estar muy preparados ya que el Forecast daba probabilidades de Aurora Boreal!!
La noche cayó y el tiempo pasaba mientras que poco a poco nuestra ilusión por ver la aurora esa noche también, entonces nos asaltaron las dudas y empezamos a pensar que eramos nosotros los que no sabíamos a donde mirar o que esperar, porque es cierto que nadie te dice como se va a manifestar una Aurora.
Cuando ya estábamos con el pijama preparado, empezamos a ver un leve destello tras las montañas, algo que no cuadraba en esa oscuridad, con lo cual rápidamente arrancamos la furgoneta y nos fuimos al camping contiguo de Skaftafell, cerrado en invierno y totalmente a oscuras, allí bajamos del coche casi con lo puesto y de pronto se hizo la magia.
Una experiencia única, inimaginable, cualquiera que la haya visto por primera vez te deja totalmente sin palabras, a partir de ahí no teníamos frío estaríamos a 6-7º bajo cero y el tiempo se paró, no sabemos si fueron 1, 2 o 3 horas de aquel verde intenso que coronaba todo el parque natural, un paraje idílico con las famosas luces del norte que nunca podremos olvidar.

Simplemente recordarlo nos emociona, esperamos que os haya gustado esta segunda entrega.
Saludos
Miguel.